Las novedades son la la Garnacha Negra, la fermentación sobre piedra y la crianza en ánfora cerámica.

La bodega Torre del Veguer de Sant Pere de Ribes acaba de sacar al mercado la segunda añada de su vino Jeronimus (DO Penedès). Éste es un vino que permite a Torre del Veguer poner en valor su legado histórico y cuya filosofía es elaborar de nuevo el vino que elaboraron los monjes jerónimos hace 600 años o al menos acercarnos lo máximo posible.

Todo empezó en 2015 cuando decidimos recuperar una antigua práctica de la bodega, y tratamos de elaborar vino en “el dichoso lagar de piedra que siempre ha estado en medio de la sala de barricas”. Éste fue construido por los monjes jerónimos establecidos en Torre del Veguer en el 1413, y utilizado para elaborar el vino que ellos consumían a diario.

Intentamos reproducir el método que seguían antes de usarlo: saturar la arcilla con agua para conseguir la estanqueidad. Así hicimos, y debido al deterioro de la arcilla en 24h perdimos 4.000L, con lo que la elaboración de vino en estas condiciones no era aconsejable ni de sentido común.

El siguiente paso fue elaborar un proyecto para lograr la estanqueidad del depósito. Por tanto, buscamos 3 prototipos y los recubrimos interiormente con diferentes materiales (simplificando fueron epoxi, arcilla y cal), añadimos vino para observar su comportamiento y anotamos lo percibido visual y sensorialmente a los 4 y 10 días. La conclusión del estudio que conservamos es: el epoxi no casaba con la filosofía del proyecto y la arcilla no podía estar en contacto con el vino. Con estas premisas continuamos con el proyecto, ahora picando las juntas entre piedras con martillo y cincel, para proceder a retirar la arcilla deteriorada y añadir los nuevos materiales. Tras varios meses de trabajo hicimos la prueba final con agua y logramos la estanqueidad, el lagar ya estaba preparado. Al cabo de pocos días introdujimos 4.000 kg de uva Syrah con 48h de cámara frigorífica y despalillada. Fue un momento mágico. No olvidamos el pigeage mañana-mediodía-tarde con una vara de acero de 4 metros y descubar a palas. Fermentar en piedra es emocionante, un retorno a los orígenes y un homenaje a las antiguas tradiciones de la bodega.

Elaborado con Garnacha y Syrah, de los viñedos Mas de les Catalunyes de la propiedad familiar de Sant Pere de Ribes, Jeronimus 2016 se cría en ánforas cerámicas de 700 litros durante al menos medio año. Es un vino de producción limitada y según la directora técnica de la bodega, Marta Estany, se trata de un vino “aromático, moderno, fresco y seductor”. El director de esta bodega de Ribes, Joaquín Gay de Montellà, afirma que “con este vino hemos querido mantener la esencia del vino que hicieron los monjes jerónimos en la Torre del Veguer en la Edad Media”. El director de Torre del Veguer añade que “es un vino único por el lagar medieval de piedra donde fermenta y la crianza en ánfora cerámica, que ayuda a limar el aporte rústico de la piedra”.

Jeronimus 2016 es de color rojo rubí nítido y brillante de capa media. En nariz afloran notas frescas de fruta negra y roja (ciruela negra y cereza) y silvestre (arándano, madreselva y mora). También muestra unas sugerentes notas especiadas (pimienta blanca y clavo). En boca tiene buen cuerpo, es aterciopelado, redondo gracias a su paso por ánfora cerámica. Recomendado para todo tipo de carnes rojas y blancas no muy grasientas. También Marida especialmente bien con el chuletón de vaca vieja y con guisos tradicionales como el frincandó con setas o la cola de vaca con reducción de vino. La singular presentación del vino consta de borgoñesa, etiqueta con letras góticas e inspirada en los pergaminos y la cápsula de cera. Además, la segunda añada de este vino se enmarca en la subzona Massís del Garraf y estrena en su etiqueta la indicación de vino ecológico y apto para veganos.

Orígenes medievales para una bodega con solera herencia de los monjes jerónimos

Torre del Veguer tiene una larga trayectoria histórica, con orígenes medievales. El 1359 Pedro IV de Aragón y III de Cataluña censó todos los territorios catalanes. En este censo se recogió que en Sant Pere de Ribes, se encuentraba la Quadra d´en Cortey (un conjunto de 8 casas de estructura medieval), regentado por Guillem de Cortey. Unos años más tarde la traspasó a Genís Almogàver, noble de Barcelona. En 1413 D. Bertran Nicolau (mercader barcelonés) obtuvo la autorización del Papa Benedicto XIII para la fundación de un monasterio de frailes Jerónimos en tierras del Penedès. Llegó a un acuerdo con Genís Almogàver para adquirir la Quadra d´en Cortey, con todas las tierras, hombres y mujeres que vivieran. Las ocho casas fueron habitadas por al menos seis frailes provenientes del monasterio jerónimo de Cotalba (Valencia) y dos frailes del monasterio jerónimo Valle Hebrón, de los cuales recientemente hemos hallado su nombre y apellido. D. Bertran Nicolau dotó a la comunidad jerónima de Montolivet con 14.000 libras. Al cabo de unos años se trasladaron a otro lugar más favorable para la comunidad, argumentando la falta de agua y leña, indispensables para vivir.

Dos siglos más tarde, en el 1601 Frederic d´Avinyó heredó la casa y obtuvo la Vegueria del Penedès (institución de origen medieval sobre un territorio en la que la potestad absoluta recae en una única figura: ‘el Veguer’). A partir de este momento la casa pasa a denominarse Torre del Veguer. Ya en el siglo XIX, Miguel Ángel Desmassiéres vende la Torre del Veguer a José Ferrer Vidal, primera generación de la actual familia propietaria.

José Ferrer Vidal se interesó por la enología, cursando varios estudios en Burdeos. Posteriormente, fundó la empresa textil ‘Gumà y Ferrer’, que luego se transformó en ‘José Ferrer y Cía.’. Construyó la fábrica de Mar, en la Rambla de Vilanova. Realmente fue innovador en la tecnología de hilar y tejer algodón. En 1880 es nombrado presidente de la Caja de Ahorros de Barcelona.

Su hijo Luís Ferrer-Vidal Soler heredó la Torre del Veguer y presidió la Caja de Pensiones desde su fundación en 1903. Su descendiente Juan Ferrer-Vidal heredó la Torre del Veguer. Fue un prestigioso político catalán (Senador por Tarragona). Construyó 1895 un pequeño teatro donde se llegaron a representar algunas de sus propias obras. En 1896 inauguró una pequeña capilla, dedicada a María Auxiliadora y de estilo Neogótico, que hoy se utiliza en los enlaces celebrados en la bodega.

Los sucesores de Juan Ferrer-Vidal fueron Agustín Ferrer-Vidal y Goytisolo, de éste Elena Ferrer-Vidal Llorens, y actualmente Joaquim Gay de Montellà Ferrer-Vidal y sus tres hijos: Joaquín, Jorge y Marta Gay de Montellà Estany (6ª generación).