taninos-del-vinoPara elaborar un gran vino tan importantes son las variedades de uva elegidas y la proporción, el cuidado del viñedo y la vinificación del mismo, así como el tipo de barricas de madera y la duración de la crianza. Un error en cualquier de los estadios anteriores puede hacer añicos el trabajo previamente hecho.

La madera permite una entrada controlada de oxígeno, que suaviza la textura del vino con esta crianza oxidativa. En las barricas se produce una clarificación natural del vino por sedimentación y se pierde el exceso de gas carbónico. La madera, además, aporta taninos y sus características organolépticas al vino: notas de vainilla, coco, miel, anís, tostados, caramelo, café, tabaco de pipa, cacao…

A lo largo de la historia se han usado maderas de castaño, pino, abeto, cerezo y haya, aunque las más adecuadas para el envejecimiento del vino son las de roble, al ser resistentes, flexibles, de olor neutro y aportar altos niveles de taninos. Los taninos son una sustancia química que se encuentra en la madera de la viña, semillas y piel de la uva, y corteza de los árboles. Añaden amargor y astringencia al vino pero también consiguen un sabor más complejo. Hay que controlar el tiempo de maduración en barricas, pues se podrían crear taninos muy astringentes que sobresaldrían por encima del resto de sabores del vino. El tanino es un conservante natural que hace que el vino pueda envejecer más tiempo, siempre y cuando la botella sea guardada en condiciones óptimas.

Las características que el roble da al vino dependen de multiplicidad de factores como el tipo de roble y su procedencia geográfica, pero también de la edad del roble, el tipo de corte, el grado de tostado de la madera, el grosor de las lamas, o la juntura de las duelas, así como de las condiciones ambientales durante el envejecimiento (temperatura ambiental, oxigenación, humedad, rellenado, taponado, etc…).

Torre del Veguer utiliza las barricas un máximo de 5 años, entonces las separamos y dejamos de utilizar para vinificación y compramos nuevas. Así, con este sistema de rotación, cada año renovamos una quinta parte del parque de barricas; creemos que es la mejor opción para homogeneizar la edad de las barricas y no tener un año todas las barricas nuevas o bien todas con cinco años.

No existen reglas fijas a la hora de definir el tipo de barricas que conviene a un vino determinado, sino que depende del carácter que se quiera impregnar al mismo.